Me llamo Lucía, soy parte de la tercera promoción de ingenieros de servicios y esta es la historia de cómo empecé a coliderar un curso de Inteligencia Artificial al acabar la carrera, y cómo aprender ingeniería de servicios me permitió aportar valor al proyecto de mis sueños.
Era un típico día frío y nublado de octubre en Madrid. Llevaba encima la sensación de que pasaría algo importante esa mañana, pero no sabía qué. Ese día tenía una videollamada programada, pero no quería quedarme en casa, así que me acerqué a un parque a dar un paseo. La comunicación por Zoom no era ideal con los casquitos, la mascarilla, y el ruido de fondo de motos y personas hablando, pero nos entendíamos.
Me llamaba Mercedes, la Lead del curso de Inteligencia Artificial. Mercedes se iba a Vigo por trabajo, necesitaba a alguien que se ocupara de la parte presencial, y había pensado en mí. Hacía menos de un año que empecé en Saturdays AI, como alumna, el último año de Carrera.
Tras el Erasmus, necesitaba algo con lo que ocupar el tiempo, por eso, aunque se me pasó el plazo de inscripción, escribí un correo e intenté apuntarme al curso, el día antes de que empezara. De milagro, conseguí entrar, porque el equipo se quedó a formalizar trámites conmigo hasta las 11 de la noche, y pensé ¡qué locura! ¿Quién hace esto por alguien que acaba de conocer? Tiene que ser algo especial.
Y no me equivocaba: Saturdays AI es una organización sin ánimo de lucro, que hace la IA accesible a través de la realización de proyectos con impacto social. La edición que dirijo con mi compañera Mercedes empezará el 6 de marzo, y las plazas ya están agotadas. Hemos trabajado un montón, estamos ultimando detalles, ensayos y todo va viento en popa, pero el camino no siempre estuvo tan claro para mí.
|¿Cómo organizarías un curso completo, mientras trabajas de 8 a 5 en una oficina?
Pues puedes empezar por decir que sí, y averiguar cómo lo harás por el camino. Esta frase es de la autora Emma Isaacs y para mí, significa huir de la perfección y de prepararse de más, para poder enfocarme en hacer cosas porque sí, por curiosidad, porque “una obra de arte fea es mejor que nada de arte”, y seguir aprendiendo.
Además de la perspectiva profesional, tenía mucha curiosidad porque iba a poder entrar de lleno y controlar y mejorar todos los pequeños aspectos de un servicio, en unísono, entender lo que es ser realmente multidisciplinar. Era un sandbox perfecto para practicar, si todas esas asignaturas tan distintas podían ser útiles, de manera armónica.
|El equipo de Saturdays AI es irreal: Trabajar con personas extraordinarias, que dan charlas TED, venden startups y trabajan para la NASA también lleva su propio set de desafíos, ¿Qué pinto yo aquí?
No tardé mucho en averiguarlo porque, tras estos meses, estos son algunos de los hitos que Mercedes y yo hemos conseguido:
Logística:
Puedo levantarme a las 6 todos los sábados para hacer la compra y llegar al espacio con una cantidad desorbitada de plátanos para tener los desayunos de los alumnos, pero ¿porque no probamos a pedirlos por Amazon Go? Intentar apoyarnos en microservicios existentes ha sido clave para facilitar y permitir al equipo centrarse en lo que realmente aporta valor: las clases.
Stakeholders:
Los voluntarios son el mayor activo de Saturdays AI, y por eso, esta edición queremos crear certificados específicos para ellos, y destinar parte del presupuesto a financiarles la formación que deseen.
Presupuesto:
Buceando en mi portátil y rescatando varias prácticas a medias de plan de empresas, encontramos una base que personalizar. Era la parte que menos me apetecía, pero ahora disfruto de poder hacer propuestas concretas, con fechas y basadas en los presupuestos.
Comunicación:
En estos meses, la comunicación ha sido clave. Mucho hablar – y mucho escuchar- a todo tipo de personas, alumnos, voluntarios, startups, CEOs, a organismos públicos. Desde zoom, o presencialmente, los consejos de la carrera como mira a la cara, no te toques el pelo, respeta la duración pactada de la reunión… siguen conmigo.
Merchandising:
Desarrollarlo ha sido una de mis partes favoritas. Nunca pensé que aprendería tanto de reprografía, clichés, y colores, y ha sido muy interesante intentar plasmar nuestros valores -impacto social y diversión- en la elección de objetos y en el diseño. Me niego a hacer spoilers, pero seguro que no dejarán indiferente a nadie.
Pero lo que más me ha servido de la carrera para liderar, es la mentalidad. Estar acostumbrada a tener pinceladas de todo, pero el retrato completo de nada me permite ser más ágil, más rápida, levantarme con más facilidad cuando me caigo.
| No hay hueco para la vergüenza de no ser un experto.
No hay hueco para la vergüenza de no ser un experto. Una de las mayores lecciones de carrera que he tenido es que no es tan importante lo que sabes, sino cómo lo usas.
Hace años, coincidí en un proyecto con un ingeniero naval muy experimentado, y cuando me tocó presentarme, le expliqué la carrera. Se quedó pensativo unos minutos y dijo en tono burlón “últimamente llaman ingeniería a cualquier cosa”. No es la primera vez que me encuentro con una actitud parecida, ni será la última.
Me costó mucho elegir carrera y toparme con ingeniería de servicios fue como encontrar la pieza que me faltaba de un puzle. No me obligaba a renunciar a las matemáticas, pero me permitía aprender UX, y sociología, y comunicación escrita…
|Ingeniería de Servicios ha sido la carrera que me ha permitido convertir mi mayor inseguridad en mi propuesta de valor, que ha convertido la indecisión en curiosidad y la falta de dirección en transversalidad.
Todo tiene espacio de mejora, aun así, estoy muy contenta de la decisión que me ha permitido ser consecuente con la heterogeneidad de mis intereses.
Si eres alumno de CGIS y estás leyendo esto, tengo una mala noticia, no vas a encontrar la definición perfecta y final de ingeniería de servicios que estas buscando una y otra vez. Cambia según a qué perfil se la cuentes, cambia según en lo que te especialices, cambia contigo.
Sé que ya no soy la misma persona que esa mañana de octubre. También sé que cuando me suba al escenario el primer día de la edición, estaré más orgullosa que asustada, y segura de lo que aporto a la mesa como profesional y como ingeniera de servicios.