Siempre que pensamos en la elección de un grado, nos viene a la mente la figura de ese estudiante de 18 años lleno de dudas que acaba de realizar la selectividad y que tiene que elegir entre una enorme oferta universitaria. Incluso, podemos pensar en individuos que han elegido otros caminos en su vida, y que han entendido mucho más tarde lo imprescindible que resulta el paso por la facultad. Sin embargo, también es posible que personas que ya comenzaron estudios universitarios o que cuenten con una diplomatura, necesiten completar un grado para opositar, promocionar o simplemente poder acceder a puestos superiores en su empresa.
Hoy en día, la formación es imprescindible y algo que no termina a ninguna edad en concreto. A nivel específico, el catálogo de cursos, certificaciones y estudios llega a ser infinito. No hay nada más que echar un vistazo a cualquier red social de profesionales para darse cuenta de que la formación no acaba en los primeros años de juventud. Es habitual que cualquier profesional tenga necesidades de mejora en aspectos no contemplados en su paso previo por la universidad, ya que podría haber estudiado ingenierías demasiado técnicas o carreras que estaban enfocadas en aspectos muy concretos, completando posteriormente el espectro de habilidades que necesitaba para optar al puesto que ocupa en la actualidad.
Los que llevamos muchos años dentro del mundo laboral, hemos comprobado como las mejores formaciones que hemos recibido para poder progresar, no corresponden precisamente con contenidos técnicos muy específicos, sin embargo, casi todo el mundo que tenía un déficit tecnológico y tuvo que reinventarse, caía en el típico curso de JavaScript, programación orientada a objetos u otro que le podía solventar alguna oferta de trabajo concreta, cuando hubiera sido mucho más efectivo a largo plazo no sólo aprender a programar un lenguaje, sino entender todo lo relacionado con la programación, su relación con las arquitecturas y el entorno de las mismas.
En todo caso, regresando a la anterior situación del que ya contaba con conocimientos técnicos, se estaba limitando a puestos de nivel bajo-medio, más allá de que los años y la suerte le depararan algo mejor, ya que seguían careciendo de conocimientos relacionados con los procesos, gestión de proyectos, liderazgo, etc. que le permitirían alcanzar puestos superiores. Para muchos de estos contextos, la ciencia gestión e ingeniería de servicios, aportaría la mejor solución.
Las empresas y organismos oficiales, conociendo las limitaciones de sus trabajadores, no paran de ofrecerles formación que obtienen, tras pagar precios desorbitados, en forma de cursos de pocos días o semanas que se corresponden milimétricamente con meros resúmenes de cualquier asignatura que se imparte en este grado.
Dada la gran variedad de grados que se pueden elegir en la actualidad existen algunos que podrían competir con la CGIS, pero ninguno llega a lo que ofrece la URJC de forma tan completa y detallada, ya que no deja pasar por alto ningún aspecto profesional imprescindible para la realidad de esos puestos a los que nos dirigimos.
Después de todo este razonamiento podríamos llegar a pensar erróneamente que estamos ante una carrera que sirve únicamente para completar estudios, para mejorar la posición actual o para romper el techo profesional que te ha impuesto la formación anterior con la que llegaste a tu puesto de trabajo, pero la realidad es que a los nuevos estudiantes que dan sus primeros pasos por la facultad, les permitirá saltar etapas y obtener los cimientos básicos para comenzar su andadura profesional sin ningún tipo de limitación.
Os puedo asegurar que una certificación que te especializa en routers cisco o en administración de bases de datos Oracle, no tendrá un impacto grande en puestos de gestión y dirección, más allá de que el saber no ocupa lugar. Precisamente, cuanta menos responsabilidad tiene el puesto, son más necesarios conocimientos más específicos, y cuanto más elevado es el puesto, más abstractos y globales son los conocimientos que se necesitan.
Personalmente, yo he pasado por puestos donde era necesario conocer todo lo relacionado con el mundo empresarial, realizando cursos de contabilidad, administración y dirección de empresas, puestos donde eran imprescindible un alto nivel tecnológico donde me llevó a conocer el maravilloso mundo de las certificaciones y actualmente como funcionario de la AGE, en un organismo de marcado carácter tecnológico, se hace imprescindible aunar a lo anterior, las habilidades que permitan gestionar todo tipo de proyectos y tareas con grupos de trabajadores externos.
Ante la necesidad de eliminar cualquier restricción para optar a los puestos superiores en la AGE, analicé el itinerario formativo de CGIS y puedo aseguraros que la materia se corresponde exactamente con las necesidades que requerían puestos de nivel superior y que se utilizan en cada uno de los proyectos en el que estoy involucrado.
Así pues, si volviera a ser un joven de 18 años que tuviera que elegir de nuevo, sin lugar a dudas, invertiría en Apple, Amazon, Bitcoins y por supuesto, elegiría CGIS.
